Con el objetivo de generar un centenar de empleos para personas en riesgo de exclusión, lanzamos el primer contrato de obra en la historia del Ayuntamiento al que sólo podrán presentarse empresas de inserción.

Con este contrato, que supone una inversión de 3 millones en 2 años, materializamos nuestra apuesta por la economía social y solidaria, fomentando un modelo económico más democrático, sostenible y en el que nadie se quede atrás. El contrato se ha dividido en 3 lotes de 500.000 euros cada uno al año, hasta alcanzar los 3 millones totales.

El objeto del contrato es la renovación de aceras, reparación y repoosición de baldosas, rebajes y biselado de bordillos, pavimentos antideslizantes, rampas, alcorques vacíos, desbroce de cunetas, señalización de escalones… Es decir, muchas pequeñas actuaciones en los barrios que mejoran la vida diaria de las personas, especialmente la de aquellas que en su día a día tienen más problemas de movilidad como niños, ancianos, personas con discapacidad o personas que arrastran carritos de la compra o de bebés (y que afectan prinicipalmente a mujeres por lo que se incluye la perspectiva de género en el desarrollo del urbanismo).

Este modelo urbanístico, que llamamos el urbanismo de las cosas sencillas, se enfrenta al modelo expansivo de construcción y grandes obras origen de la crisis económica e incide en la regeneración de los barrios y la mejora y el cuidado de la ciudad.

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