Pablo Muñoz, Teresa Artigas y Paco Iturbe han defendido la creación de un parque agrario que estimule los mercados de proximidad, que promueva la soberanía alimentaria y que provea de alimentos saludables a comedores como los de las escuelas infantiles municipales

Zaragoza, 18 de mayo de 2015.- Un campo yermo junto al Cuarto Cinturón. Éste ha sido el escenario en el que los candidatos de Zaragoza en Común Pablo Muñoz, Teresa Artigas y Paco Iturbe han ofrecido una rueda de prensa. “Una extensión de seiscientos mil metros cuadrados en la que hasta 2006 había numerosos agricultores produciendo en sus huertas, pero que tras la firma de un convenio urbanístico que planteaba la construcción de hasta 5.000 viviendas, dejó de funcionar”, de éste modo ha explicado Pablo Muñoz la situación de esta gran extensión de tierra “que podría ser huerta productiva, que tiene todas las acequias y canalizaciones preparadas para ello, pero que desde hace casi diez años está paralizada a la espera de que se urbanice. Se trata de los desarrollos urbanísticos que se planificaron junto al antiguo ferial y al Pabellón Príncipe Felipe. Unos desarrollos que paralizaron la producción en 60 hectáreas de huerta y que hoy, Zaragoza en Común propone reactivar.

“Queremos desenladrillar la huerta; Zaragoza no necesita nuevas viviendas, sin embargo, sí que necesita tierras productivas para dar continuidad al proyecto de Huertas Life Km.0, un programa municipal de formación para nuevos agricultores que ahora buscan tierras para poder cultivar”, ha recalcado Teresa Artigas. La candidata de Zaragoza en Común ha recordado que “la revitalización de la huerta periférica no sólo supondría un freno a la extensión descontrolada de la ciudad, sino que también contribuiría a la defensa del medio, y permitiría aumentar en un 15% la soberanía alimentaria”.

En este sentido, ha indicado que “existe una demanda de productos agroecológicos, que podrían comercializarse a través de un programa de dinamización de mercados de barrio, así como utilizarse en comedores municipales como los de las escuelas infantiles”. “Una huerta viva es saludable para la ciudad y para las personas que consumen sus frutos”, ha recalcado.

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