El pasado 5 de febrero, dentro de las actividades del Carnaval de Madrid, durante la representación de la obra de guiñol llamada “La Bruja y Don Cristóbal” fueron detenidos los dos titiriteros que se encontraban trabajando en la misma.

Estos trabajadores del mundo de la cultura han sido acusados de delitos de enaltecimiento del terrorismo por mostrar, durante la realización de la obra que satirizaba sobre los montajes policiales, una pancarta que decía “Gora Alka-ETA”, y ahora ambos se encuentran en prisión preventiva sin fianza (algo muy excepcional). Puede que la programación fuera inapropiada o que no estuviera indicado que no era apta para niños, pero la sátira de una obra de teatro no es un delito. Mucho más grave que esos errores es que en nuestro país, treinta años después de una transición que fue vendida como la garante de la libertad de expresión, esté resurgiendo el autoritarismo y la censura de la manera en que ha resurgido este pasado carnaval.

También resulta alarmante que ciertos medios de comunicación hayan aprovechado esta excusa para evitar que en sus paginas se vieran reflejados los nuevos casos de corrupción que han salido a la luz en los pasados días.

Desde Zaragoza en Común nos mostramos contrarios a las acusaciones de enaltecimiento del terrorismo vertidas sobre estos trabajadores del mundo de la cultura y pedimos la liberación de ambos. Consideramos que la libertad de expresión es un derecho civil fundamental y más cuando este se engloba en el mundo de la cultura.

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