Soy Nacho Martínez, y me presento como candidato, a la elección de miembros de la Coordinadora de ZeC.
No tengo estudios, excepto el graduado escolar. Empece a trabajar como peor de albañil a los 16 años, y he pasado por varios trabajos. Guarda de riegos, peón del metal, como sindicalista en CCOO en dos breves épocas, y últimamente era técnico comercial en Industrias Titan (empresa de pintura); empresa en la que me encuentro en excelencia al estar como asesor en el equipo de Gobierno de Zaragoza en Común.
Mi trayectoria política viene de lejos, teniendo en cuenta que ahora mismo tengo 44 años; empece a militar en el Sindicato de Estudiantes, en 1986, desde entonces hasta ahora mi militancia esta vinculada al movimiento obrero, del que formo parte por condición y conciencia. He sido delegado sindical, me afilie a IU y al PCE en 1992, actualmente continuo en IU, organización en la que he tenido varias responsabilidades.
Me considero un aprendiz de marxista, y por tanto entiendo que la sociedad esta dividida en clases -por muy heterogéneas que sean-, por tanto, entiendo la necesidad del socialismo, como una tarea concreta para la superación del sistema capitalista. Defiendo la participación y la democracia, tanto en las organizaciones, como en la sociedad. Entendiendo que nunca alcanzaremos una democracia plena, mientras exista desigualdad económica. Mientras no seamos capaces de planificar la economía democráticamente, poniendo los recursos al servicio de la necesidades sociales, sufriremos las leyes económicas de un sistema que tiende a perpetuarse generando esperpentos como los desahucios, el paro, guerras, el pacto de la vergüenza de la UE, etc.
No concibo lo nuevo como bueno, y lo viejo con lo malo, la diferenciación política la establezco entre izquierda y derecha. Eso no quiere decir que no reconozca los errores de la izquierda – desde mi punto de vista en la última época asumir el sistema como el único posible-, de los que he sido participe en mayor o menor medida. Junto a muchos errores, el acierto de resistir y combatir al sistema, durante ya casi dos siglos, con múltiples ejemplos de sacrificios por una sociedad mejor; me considero pues, un modesto heredero, uno más de la izquierda, asumiendo sus aciertos y tratando de aprender de nuestros errores.
No quisiera terminar sin incidir en la necesidad de construir organización más allá de lo institucional, hechas raíces en la sociedad, para que el trabajo institucional responda a las demandas sociales. En las últimas décadas uno de los mayores problemas que hemos sufrido es el alejamiento paulatino de quienes decían representarnos en las instituciones. Desde nuestro origen en Zaragoza en Común hemos incluido medidas -tope salarial- que eviten estos peligros, pero sólo lo conseguiremos evitar, con una organización fuerte, con estructuras capaces de apoyar, orientar, y decidir las pautas del trabajo institucional.
Con estas premisas, asumiendo la diversidad de ideas y trayectorias que existen en Zaragoza en Común, apostando por un proyecto tan necesario, como complejo y apasionante, me propongo como candidato, a vuestra disposición quedo.
Salud.
