Una semana después del 26 de junio son muchas las valoraciones públicas que se han hecho desde el análisis político. También Zaragoza en Común se ha tomado un tiempo de reflexión durante los pasados días, primero en la Coordinadora y después valorando en común en el Plenario, para evaluar la campaña y los resultados de las pasadas elecciones generales, en las que Zaragoza en Común participó activamente en la campaña.
En primer lugar, reconocemos que los resultados de las pasadas elecciones a Cortes Generales no han sido ni los que Zaragoza en Común deseaba, ni los que se esperaba. No conseguimos dar el sorpasso al PP ni a las políticas austericidas de recortes.
Decíamos cuando empezábamos a andar que la democracia empieza en lo cercano y seguimos pensando lo mismo, pero también sabíamos, y un año al frente del gobierno de la ciudad nos lo ha confirmado, que mucho hay que hacer desde el Gobierno del Estado para acabar con todos los obstáculos políticos, legislativos y financieros que desde Madrid impiden el desarrollo de una verdadera democracia a nivel municipal. Por ello decidimos involucrarnos en la candidatura y en la campaña de Unidos Podemos en Zaragoza, pero debemos ser autocríticos y exigentes con nosotros mismos: no hemos sabido volver a ilusionar a toda aquella gente que confió en candidaturas transformadoras en pasados procesos electorales y el mensaje que se ha transmitido durante la campaña no ha reflejado todo lo que hubiese sido necesario, el espíritu de cambio profundo que la candidatura Unidos Podemos representa.
Ahora es tiempo de observar el camino que hemos recorrido juntos estos meses y encontrar ahí las razones de los resultados, para corregirlos, porque este proceso para Zaragoza en Común no acaba aquí. Seguimos apostando decididamente por la confluencia de todas las fuerzas políticas y sociales y de todas las personas en un espacio que sea capaz de disputarle el poder a las oligarquías de siempre para devolverlo a la gente.
Zaragoza en Común es un ejemplo de que esto es posible. Sabemos por nuestra experiencia que la confluencia necesita de tiempos largos, debates programáticos y organizativos profundos y sobretodo de una participación ciudadana abierta y sostenida para asentarse con fuerza. Este proceso, por las prisas impuestas y por la complejidad que añade la escala estatal, ha tenido que quemar etapas rápidamente. Por eso, a partir de ya queremos retomar con ilusión el trabajo común para que la fuerza que nos dan los 71 diputados y las diputadas que sí hemos conseguido, la pongamos al servicio de este proceso de confluencia tan necesario para afrontar desde las instituciones y desde la calle, las batallas políticas que nos esperan sea quien sea quien gobierne desde Madrid.
En Zaragoza, PP y PSOE, que en muchas ocasiones van de la mano a la hora de votar en contra de los intereses de la mayoría social, también han ido de la mano durante esta campaña cejando en una campaña del miedo que se ha traducido en una operación de ataque y derribo hacia el gobierno de Zaragoza en Común. Si eso era de esperar por parte del PP, es inadmisible cuando llega del PSOE, que no sólo se equivoca de enemigo, sino que es directamente responsable de la situación desastrosa que hemos encontrado el Ayuntamiento de Zaragoza. Algo que no es una opinión de Zaragoza en Común, sino que está demostrado por los hechos y por alguna sentencia judicial. Esperamos que terminada esta larga campaña electoral, el PSOE recupere el juicio y sepa de qué lado posicionarse.
Nosotros seguimos en el Gobierno de la ciudad con las mismas ganas y decisión de revertir esta situación en favor del bienestar de las ciudadanas y de los ciudadanos de Zaragoza y para profundizar las vías de participación directa en la política municipal. Como organización somos conscientes de la necesidad ineludible de crecer y asentarnos en los barrios y distritos de la ciudad. Necesitamos seguir construyendo una organización amplia, participada y autónoma para impulsar desde el Gobierno de la ciudad los cambios radicales que nos propusimos. Unidas y en común, podemos.