Con el objetivo de generar 120 empleos para personas en riesgo de exclusión, el Área de Urbanismo que dirige Pablo Muñoz lanza el primer contrato de obra en la historia del Ayuntamiento al que sólo podrán presentarse empresas de inserción.

Parados de larga duración, mayores de 55 años, personas procedentes de drogodependencias o adicciones o perceptores del IAI, entre otros colectivos, serán los beneficiarios de esta actuación.

Con este contrato, que supone una inversión de 4,5 millones en 3 años, el gobierno de Zaragoza en Común  materializa su apuesta por la economía social y solidaria, fomentando un modelo económico más democrático, sostenible y en el que nadie se quede atrás.

Además, desde el mes de abril, hay que sumar casi otro millón de euros más destinado a la generación de empleo a través de empresas de la economía social,  mediante la subcontratación obligatoria del 5% de los contratos de mantenimiento de los equipamientos municipales.

El modelo urbanístico de las cosas sencillas frente al de las grandes obras.

El objeto del contrato es la renovación de aceras. Reparación de baldosas,  rebaje de bordillos, pavimentos antideslizantes, rampas, alcorques vacíos… se extenderán por  3 zonas de la ciudad en los próximos 3 años.  Es decir, muchas pequeñas actuaciones en los barrios que mejoran la vida diaría de las personas, especialmente la de aquellas que en su día a día tienen más problemas de movilidad como niños, ancianos, personas con discapacidad o personas que arrastran carritos de la compra o de bebés.

Este modelo urbanístico, que llamamos “el urbanismo de las cosas sencillas“, se enfrenta al modelo expansivo de construcción y grandes obras origen de la crisis económica e incide en la regeneración de los barrios y la mejora y el cuidado de la ciudad.  Esta iniciativa se suma a otros trabajos que hemos impulsado hasta ahora como el plan de eliminación de barreras arquitectónicas (450.000 euros) y la aperación extraordinaria de asfalto (500.000 euros).

Las empresas de inserción, elemento clave para la igualdad de oportunidades y generar empleos.

Las empresas de inserción pretenden dar respuesta a toda persona derivada por los servicios sociales con necesidad de obtener un empleo para su inclusión. El éxito de estas empresas se logra cuando el trabajador obtiene un empleo en una empresa normalizada tras su paso por las mismas.

Las empresas de inserción aragonesas cumplen con las siguientes características: están promovidas por entidades sin ánimo de lucro como Fundación Adunare, Fundación Picarral, Cáritas… y son empresas reguladas, registradas y protegidas. En Aragón se organizan a través de la Asociación Aragonesa de Empresas de Inserción, AREI,  una Asociación de carácter empresarial asociada a su vez en la CEOE.

A final de 2015, entre las 10 empresas de inserción existentes en la comunidad autónoma, empleaban a 149 trabajadores y trabajadoras (el 42,5% mujeres) y facturaban entre todas algo más de 5.700.000 €. Sólo este contrato municipal supone ya un 20% de dicho volumen de facturación.

Zaragoza en Común considera que el empleo es la herramienta más determinante para la integración de todas las personas. Este tipo de empresas consigue facilitar trabajo a muchas que en caso contrario  tendrían imposible encontrar un empleo, por lo que son un elemento fundamental en la construcción de una sociedad más justa y con oportunidades para todos y todas siendo una de las alternativas económicas más rentables al asistencialismo en la acción social.

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