Los últimos acontecimientos acaecidos en el seno del partido socialista que han acabado con la dimisión de su secretario General Pedro Sánchez, demuestran, más si cabe, que es necesaria una alianza de las fuerzas de izquierda desde la base,  como la que representa Zaragoza en Común.

El escenario actual no es sólo de lucha interna por el liderazgo, sino que tiene que ver también con una crisis de identidad de la socialdemocracia compartida por muchos otros partidos socialdemócratas en todo Europa.

Todos ellos han ido abandonando las construcciones clásicas de esta ideología, desechando el papel del estado, ensalzando al mercado, desprotegiendo a los trabajadores y trabajadoras y privatizando los servicios públicos. Este mensaje de pensamiento único y sobre todo estas actuaciones, han ido alejando al electorado y a la militancia socialista de su propio partido. Especialmente, las generaciones más jóvenes no lo sienten como referente.

Esta situación de unidad de acción en la práctica, mantenida por un bipartidismo con un claro turno de partidos, están dejando desconcertados y sin alternativa a su electorado y a su militancia tradicional. Mucha de su gente se indigna al constatar que el PSOE también tiene redes clientelares y dependencias con el poder económico, plasmadas en muchas de sus votaciones y posturas políticas y en sus “puertas giratorias”.

Es por ello que desde Zaragoza en Común creemos que es el momento de conformar una gran alianza en torno a los valores que llevaron a conformar este movimiento político. Hay que rescatar el espíritu del 15M y las mareas, unirlo a la trayectoria de las organizaciones de la izquierda social y política y a la lucha por la regeneración ética de la política y, ante todo, por el bienestar de la gente.

Con respecto al Ayuntamiento de Zaragoza, el PSOE debe decidir de qué lado está. La ciudad necesita realizar cambios urgentes; profundizar en las políticas sociales, apoyar el tejido social y económico de los barrios, definir un nuevo modelo de ciudad con un crecimiento sostenible, proteger el patrimonio, aumentar lo público como algo de todos y todas…y para ello necesita un gobierno estable y unas políticas de progreso capaces de confrontar con las fuerzas políticas y económicas conservadoras: las ordenanzas fiscales del 2015, Averly, la política de centros comerciales, el mantenimiento de las privatizaciones rehuyendo la municipalización, no querer gravar a los que más tienen, no querer asumir la aconfesionalidad o la negación de la participación en las elecciones de barrio, son algunos de estos ejemplos. Estas decisiones alejan cada día la estabilidad necesaria para el Ayuntamiento y afectan a su gobernabilidad.

Por ello, desde Zaragoza en Común reclamamos el cambio deseado y que el germen del municipalismo que hoy significan los ayuntamientos del cambio, se extienda a todo el Estado. Esperamos que las próximas decisiones que tiene que afrontar el partido socialista no le alejen todavía más de este mensaje. El PSOE es un sólo partido y su mensaje debe también ser único, tanto a nivel estatal, como autonómico y local en el Ayuntamiento de Zaragoza. En la elección del presidente del Gobierno y en la lealtad del gobierno de Aragón a su ciudad más importante, así como en dotar de estabilidad a su Ayuntamiento.

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