En relación al artículo publicado hoy en distintos medios de comunicación aragoneses por los patronos de la Fundación Zaragoza 2032, desde Zaragoza en Común queremos hacer una serie de comentarios sobre su apartado 4º que dice:

La Romareda, clave fallida

La Fundación estudió cómo hacer de La Romareda un vector reconstituyente. Era un punto básico de nuestro proyecto, para captar ingresos por nuevas actividades. Por ejemplo, acoger finales de Copa, con ventaja para el Club y la Ciudad. Se negoció, y se obtuvo, un potente patrocinio que adelantaba cinco años de pago: así podía reducirse drásticamente la deuda y, por ende, invertir en el equipo, con la mente puesta en el soñado y necesario ascenso, pues solo en Primera División puede sobrevivir el Club sin agonías. El Ayuntamiento presidido por el alcalde Belloch entendió el planteamiento y 29 de 31 concejales lo aprobaron en plenario. El cambio de gobierno municipal ha aniquilado esta solución; y, acto seguido, otra más, presentada por un solvente grupo hospitalario.

1.- LA VERDAD DE LA OPERACIÓN ROMAREDA AL DESCUBIERTO

La Fundación Zaragoza 2032 por fin hace pública la verdad nunca antes manifestada de lo que se escondía detrás de la llamada “Operación Romareda”.

A un mes de las elecciones municipales de 2015, PSOE, PP y CHA aprobaron dicha operación que hipotecaba para 75 años la acción del siguiente gobierno sin mediar debate alguno. Zaragoza en Común pudo paralizar dicha operación que hubiera significado que con dinero público se tratase de solucionar el fracaso deportivo y de gestión generado en la época de Agapito y que, 5 años después, no ha sabido solucionar la Fundación 2032.

Los propietarios del club explican en su artículo que la concesión administrativa de La Romareda, que hubiera sido hecha “a dedo”, de manera directa y sin concurso alguno tal y como exige la ley, tenía como objetivo que la Fundación 2032 pusiese a una instalación pública el nombre de una marca comercial (en una operación que se conoce como naming o patrocinio del campo similar al que otras marcas tienen en otros estadios europeos como el Allianz Arena de Munich o el Emirates Stadium de Londres) y con esos ingresos reducir la deuda que venía acumulado el Real Zaragoza SAD.

Lo más grave es que esa solución a los problemas económicos de la sociedad anónima deportiva, se hacía a costa de las arcas públicas y de los impuestos de zaragozanos y zaragozanas, ya que según se establecía en la concesión administrativa, la reforma del estadio a la que se vinculaba la cesión la tenía que asumir íntegramente el erario municipal (apartado 4º, Pag. 3: “en el supuesto en el que se decida acometer la remodelación del equipamiento deportivo municipal, el Ayuntamiento de Zaragoza asumirá el costo de ejecución del proyecto que se determine”).

En definitiva, el regalo que PSOE, PP y CHA estuvieron a punto de hacerle a la Fundación 2032 significaba que los beneficios publicitarios derivados de explotar un equipamiento municipal pasaban íntegramente a las arcas de los propietarios, mientras que el coste de su reforma sería sufragado con cargo al bolsillo de vecinos y vecinas de Zaragoza. Como en tantas otras ocasiones, las deudas privadas tenían que ser sufragadas por todos y todas, algo a lo que Zaragoza en Común, buscando el beneficio para la ciudad, se negó.

2.- QUE HEMOS HECHO CON RESPECTO A LA ROMAREDA

A diferencia de lo que transmiten los patronos de la Fundación en su artículo, en Zaragoza en Común no hemos estado de brazos cruzados en lo relativo al Estadio Municipal de La Romareda.

En repetidas ocasiones y desde el principio de que asumiéramos el gobierno de la ciudad, se trasladó a los responsables del Real Zaragoza la imposibilidad de que el Ayuntamiento, dada la situación económica en que encontramos las arcas municipales, pudiese acometer en solitario y con cargo al presupuesto público una operación de reforma integral del Estadio que permitiese que obtuviese la categoría de 4 estrellas según estándares UEFA, tal y como consideraba necesario la propia SAD para lograr sus objetivos. Asimismo se les trasladó que era necesario que el propio club sufragase parte de la reforma como ha sucedido con otros equipos españoles en situaciones recientes como la Real Sociedad de San Sebastian o el Athletic Club de Bilbao.

A la llegada del actual gobierno municipal, el anterior gobierno no había hecho acción alguna en relación al supuesto proyecto de reforma de La Romareda en su actual ubicación, por lo que lo único existente era el llamado Proyecto Lamela, impulsado en su día por el Gobierno PSOE-CHA y que fue paralizado por los tribunales y cuyo coste ascendía a unos 100 millones de euros que se iban a sufragar a través de la permuta o venta de una parcela anexa dedicada a terciario. Eran los años de la burbuja evidentemente. Hoy el valor de esa parcela a duras penas podría llegar a ser un 40% de las cifras entonces barajadas.

Ante esta disyuntiva, y toda vez que el Gobierno de Aragón tras ser consultado indicó la imposibilidad actual de embarcarse en un proyecto de estas características, desde el Área de Urbanismo y partiendo del proyecto Lamela, se empezaron a realizar estudios técnicos para determinar el coste de una eventual reforma que permitiese lograr tener un estadio de las características deseadas con una cuantía económica lo más ajustada posible. Se contrató a una empresa especializada para conocer el estado estructural actual del Estadio y así tener una visión clara de su estado como paso inicial y se actuó reformando aquello que los técnicos calificaron de urgente (la cubierta de la grada general, las torres de iluminación y en la esquina sureste) garantizando la seguridad de toda la afición y asistentes al estadio. Esa actuación, ocasionada por una ausencia de mantenimiento que debería haber realizado el club durante los últimos años, fue ejecutada por el Ayuntamiento de Zaragoza sin encontrar implicación por parte de  los propietarios de la Fundación Zaragoza 2032.

Las primeras estimaciones a trazo grueso realizadas por técnicos municipales hablan de que podrían ser necesarios unos 35-40 millones de euros, cifra sensiblemente inferior al coste inicial de proyecto Lamela. Para llevarlo a cabo, ante la imposibilidad de que el Ayuntamiento de Zaragoza pudiera acometer una inversión de este calado en su situación actual (supone aproximadamente dedicar más del total de la inversión realizada por el Ayuntamiento el pasado año a un solo equipamiento), solo quedaban dos opciones:

  • Implicar a otros agentes para que aportaran financiación al proyecto: Gobierno de Aragón, DPZ, Federación Española de Fútbol, etc.
  • Conseguir un inversor privado que a cambio de la parcela de terciario anexa al estadio llevase a cabo la remodelación.

Como se ha mencionado anteriormente los intentos de lograr la implicación de otras instituciones, de manera similar a lo ocurrido con los Estadios de Anoeta o San Mames, han sido completamente infructuosos.

En relación a la segunda opción, ha habido numerosos ofrecimientos informales a empresas e inversores privados de todo tipo, los cuales han declinado dicha posibilidad por razones diversas entre las que destacan la situación inmobiliaria y económica actual o las características de la propia parcela que dificultan la instalación de ciertas actividades.

En relación a la mención que se hace en el artículo al supuesto interés de un grupo hospitalario (la firma de origen aragonés pero actualmente de capital británico Quirónsalud) que apareció en portada en el medio propiedad de uno de los patronos de la Fundación (Heraldo de Aragón), se contactó tras dicha publicación con la dirección del grupo para conocer si dicho interés era cierto. Mostrado el malestar por dicho Grupo a que la noticia se hubiese hecho pública antes siquiera de que existiese un interés real, lo cual la puso en grave peligro, la propia sociedad manifestó de manera verbal la cifra máxima a la que estaba dispuesto a adquirir el inmueble siendo muy inferior a la cuantía necesaria para llevar a cabo la reforma integral. Por tanto dicha opción nunca fue tal y desde luego, el gobierno de ZEC no ha malogrado la posibilidad de reformar La Romareda impidiendo dicha venta porque la misma nunca se podría haber sustanciado en los términos que expresó en su día la citada empresa.

3.- LA SOLUCIÓN REALISTA A LA ROMAREDA

La reforma integral del Estadio Municipal de La Romareda sigue pasando, por mucho que algunos insistan, por la implicación de más agentes aparte del Ayuntamiento de Zaragoza, propietario del Estadio, con objeto de que aporten la financiación necesaria para llevarla a cabo (unos 40 millones de euros). Sin duda el primer agente que debería participar en esta operación es el propio Real Zaragoza, al igual que lo ha hecho la Real Sociedad con la reforma del Estadio de Anoeta, también de propiedad municipal, o el Athletic Club de Bilbao con el nuevo estadio de San Mamés. Asimismo también podrían formar parte de la solución otras instituciones aragonesas como el Gobierno de Aragón o la Diputación Provincial de Zaragoza, cuya situación económica es mucho más saneada que la del Ayuntamiento o el Gobierno de Aragón.

Es evidente que en unos momentos en los que el Real Zaragoza está luchando por no desaparecer, en palabras de sus propietarios, es difícil que el club pueda aportar financiación para llevar a cabo la reforma. No obstante parece que dicha financiación podría venir a través de una operación de naming del futuro Estadio a través de una marca comercial.

En definitiva, la solución para la reforma de La Romareda pasa por la búsqueda de una empresa que financie una parte importante de la reforma a través de una operación de naming y que el Ayuntamiento, a través de la venta de la parcela de terciario anexa, adelantase el resto, pagando el Real Zaragoza un canon anual que permita recuperar al Ayuntamiento el coste de la reforma de manera que la reforma no costase un céntimo a las arcas municipales. Una vez recuperada la máxima categoría, un negocio tan lucrativo como el fútbol profesional debería ser capaz de generar los ingresos suficientes para hacerse cargo del coste de las instalaciones que requiere para su práctica, por lo que la solución a los problemas del Real Zaragoza pasan, principalmente, porque los propietarios de la Fundación 2032 sean capaces de articular un proyecto deportivo serio capaz de ascender en una o dos temporadas.

De esta forma el Real Zaragoza aumentaría significativamente sus ingresos atípicos a través de los beneficios que le reportaría la gestión de un estadio 4 estrellas UEFA con una importante zona de terciario que podría explotar y llevar a cabo así una operación de reducción paulatina de su deuda a medio y largo plazo, garantizándose su viabilidad futura.

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