Por la defensa de los servicios públicos, contra la precarización y por una recuperación para todas las personas garantizando servicios asistenciales básicos para los más vulnerables
El 1 de mayo es una fecha de alto significado para el conjunto de trabajadores y trabajadoras a nivel mundial. Desgraciadamente, en estos momentos, está marcada por una situación que tiene dos variantes, la salud pública, derivada de la pandemia, y las consecuencias económicas, derivadas del confinamiento y la paralización de la actividad productiva.
De cómo se aborde la recuperación las consecuencias, habrá unos resultados u otros. El esfuerzo público debe mantener un equilibrio entre la recuperación del sector productivo y de servicios, y el de la ciudadanía apostando, sobre todo, por políticas activas hacia los sectores más vulnerables.
Este 1 de mayo se debe convertir en un clamor que apueste por :
- La defensa del sector público como garante de atención universal y distribución de la riqueza.
- La inversión en el sistema de salud, los cuidados y la investigación, tanto en materiales y equipamientos como en la puesta en valor del personal. Lo han dado todo, el personal de los denominados servicios esenciales no quería convertirse en heroínas y héroes. En mareas, han venido reivindicando salarios dignos, condiciones de trabajo adecuadas y acabar con la enorme temporalidad que subyace en la mayoría de estos sectores tanto en el ámbito público como en el privado.
- Una reorientación del sector productivo para ser autosuficientes y no ser dependientes de la especulación del mercado: lo barato en los momentos de crisis sale caro. Es necesaria una apuesta decidida en la recuperación económica basada en la sostenibilidad y las energías limpias.
- Políticas activas para los trabajadores/as autónomos y las PYMES, apostando por el comercio y la agricultura de proximidad.
- Políticas de las administraciones públicas para potenciar en el ámbito municipal la movilidad no contaminante: carriles bici y transporte público sostenible y ecológico.
- Renta básica y políticas de alquiler que garanticen unas condiciones de vida dignas.
- Supresión de las tasas de reposición de efectivos de personal en el sector público.
- Derogación de la reforma laboral.
Desde Zaragoza en Común, pedimos firmeza a las organizaciones sindicales en la defensas de políticas de solidaridad y defensa de un marco laboral donde la dignidad, la igualdad, la conciliación y las condiciones de trabajo sean incuestionables; y una apuesta decidida para que, como en crisis anteriores, no sea el conjunto de la ciudadanía quien asuma el coste y vuelvan a ganar la especulación y el mercado.