Hablábamos en el primer debate del estado de la ciudad de esta legislatura, en plena pandemia, de las tres crisis concurrentes bajo las que se desarrollaba nuestra existencia: la social, la climática, y la sanitaria. Ahora, la situación se agrava con una nueva guerra en territorio europeo: la guerra de Ucrania. Un objetor de conciencia ucraniano, de nombre Ilja, remarcaba: “cuán absurdo es sacrificar a tantas personas para poder modificar una línea en el mapa”.

Desde un pueblo de acogida como el nuestro, es un deber moral respaldar a todas aquellas personas que se niegan a matar, tanto del bando ucraniano, como del bando ruso, y eso debería concretarse en un apoyo activo tanto a los objetores de conciencia como a los desertores. Ello supondría hacer honor a ese título que concedió la UNESCO a nuestra Ciudad en 1999: la de ser “Sitio emblemático de cultura de paz”, en reconocimiento a su compromiso en la defensa de los derechos humanos, la paz, la no violencia y la convivencia.

No olvide Alcalde Azcón que más allá de plantar 42 olivos el pacifismo activo sí que es una seña de identidad de nuestra Ciudad.

La pandemia y la guerra de Ucrania enmascaran el fracaso de un sistema económico que camina en una suicida huida hacia delante. Si la promesa de un futuro tecnológico y moderno que encontraría las soluciones a nuestros problemas aparecía como un horizonte esperanzador y deseable, ahora sabemos que no hacía más que esconder las crisis a las que nos enfrentamos.

Sobre la crisis climática somos de las diez urbes europeas más afectadas por el incremento de la temperatura.

Sobre la crisis social, más de 13 millones de españoles, casi el 28% de la población, está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, aumentando la pobreza severa este año en 320.000 personas. Es obvio que la lucha contra el cambio climático y la lucha contra la desigualdad deben ir a la par.

Todos los movimientos implicados en la lucha contra la emergencia climática apuntan a que el tiempo se está agotando; que incluso la guerra de Ucrania va a ser utilizada para justificar el cese de esas políticas neokeynesianas de inversión pública basadas en el anunciado green deal para volver a la austeridad, a los recortes.

Son multitud los análisis científicos que anuncian una creciente falta de materiales y energía, lo que va a impactar en nuestra vida. Estos mismos apuntan, a que para que no cambie el clima de un modo irreversible, para la permanencia de la especie humana, debe cambiar el sistema. Un sistema que no dependa del crecimiento económico y que ponga en marcha una economía que anteponga las personas y la naturaleza a cualquier otra consideración.

De ahí que vengamos insistiendo en facilitar una alimentación de proximidad (Km.0), en habilitar espacios para la producción de alimentos como la Huerta de Las Fuentes, en promover la marca “Huerta de Zaragoza” para impulsar ese consumo, ampliando ese suministro de producto fresco en todos los espacios municipales: comedores escolares, centros de mayores…etc. Porque es en las ciudades y barrios donde podemos poner en marcha políticas como éstas para el cambio, hablábamos de los “Refugios Climáticos” en Colegios y Equipamientos Públicos.

Acciones que, desde la cercanía y la proximidad, den respuesta a esas verdaderas necesidades. Porque es en las ciudades donde se consume el 75% de la energía, siendo responsables del 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Es en nuestros municipios donde la creciente pobreza y desigualdad se manifiesta en sus barrios, cada vez más abandonados, en favor de un centro concebido para el consumo y el beneficio privado de unos pocos.

Si las instituciones, y más en concreto el Ayuntamiento de Zaragoza, no están sabiendo responder con la rapidez que exige el momento, es preciso que la ciudadanía tome parte activa en este proceso. En esta línea, en los últimos meses, hemos aplaudido una experiencia de éxito y escaso coste económico, en el barrio de Torrero, que les proponemos extender a todos los distritos: las Oficinas de Información sobre ahorro energético y autoconsumo.

Las políticas de movilidad son clave en este contexto. Lejos de continuar con planes estratégicos como el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, han paralizado cualquier herramienta de planificación en este sentido. No han sabido resolver la huelga de bus más larga que vive la ciudad de Zaragoza, 630 días, y siguen sin atreverse a abordar, con racionalidad y argumentos, el debate de la gestión directa del servicio de transportes a través de una Empresa Pública, como en Madrid, Valencia, Barcelona…

La pasada semana le solicitamos realizar un referéndum ciudadano en el que se le pregunte a la población por sus preferencias sobre la gestión de este servicio: ¿pública o privada?

Ustedes, lejos de dar soluciones, han echado más leña al fuego, aportando datos sobre la negociación que no se corresponden con la realidad.

Por eso le solicitamos conocer, a través de una auditoría, los beneficios de la empresa Avanza, con el fin de saber qué márgenes existen para la negociación.

Porque, Señor Azcón, le hemos escuchado pronunciarse sobre el sueldo de los trabajadores, pero no acerca de los salarios de los directivos.

¿Y qué hay de la reordenación de las líneas de bus? No han invertido en una adecuada inspección – a la vista de los últimos incendios-, y se han limitado a destinar dinero europeo (30 millones de los 67 recibidos) en la compra de vehículos cuando dicha inversión debería ser a cuenta del presupuesto ordinario, año a año. Carecen, en este ámbito, de proyectos innovadores, de visión estratégica, como sí lo han demostrado ciudades como Valencia, Pamplona, Vitoria, Vigo, Hospitalet, que nos llevan la delantera y sí tienen un modelo claro hacia donde caminar.

No han realizado una apuesta decidida por una característica fundamental de la que goza nuestra ciudad: la Zaragoza de los 15 minutos. Un reciente estudio de la Universidad de Zaragoza concluía que el 53% de los zaragozanos puede atender a necesidades básicas a menos de un cuarto de hora, ya que nuestra ciudad cuenta con equipamientos públicos en los barrios, distancias accesibles de modo peatonal o en bici… ¡Qué poco les hubiera costado ahondar en esta fortaleza de nuestra ciudad!, de la que sí saldrían beneficiados todos los vecinos y vecinas.

¡Y qué poco costaba haber continuado con la labor de anteriores Corporaciones en el desarrollo de la red ciclable! En más de tres años no han realizado ustedes ningún avance en cuestiones que son una clara exigencia europea -como la de sacar el coche del centro de las ciudades, creando Zonas de Bajas Emisiones.

Recuerden que ya desde la anterior Corporación, este asunto estaba en la agenda de gobierno y de los técnicos y se hablaba de Zaragoza Central, que comprendía el segundo cinturón. Le recuerdo los esfuerzos que dedicó este Ayuntamiento, tejido asociativo, entidades ciudadanas y demás instituciones públicas, desde 2016 a 2018, para desarrollar el Plan de Movilidad Urbana Sostenible, en el que ya se hablaba de Zonas de prioridad residencial, de vías pacificadas y zonas de restricción de la circulación a vehículos contaminantes. Su soberbia y el afán de invisibilizar el legado de Zaragoza en Común les llevó a meterlo en un cajón. Un plan que les hubiera resultado muy útil como una guía de actuación en su mandato.

Por contra, siguen dándole oxígeno al coche privado asumiendo el negacionismo climático de sus socios de extrema derecha. En definitiva, han mostrado una ausencia palmaria de ambición por el diseño de una Zaragoza del 2030.

Sí quiero expresamente agradecer al Consorcio Público de Transportes el trabajo desplegado en este ámbito de la movilidad, como ejemplo paradigmático de colaboración entre instituciones.

Y es que solo desde lo público se pueden impulsar auténticas transformaciones que beneficien al común de la ciudadanía. ¿Es capaz – Señor Azcón- de indicar algún proyecto similar, o no, al del Mercado Central, llevado a cabo desde la propia institución?

El hospital de Quirón, los quioscos y promociones inmobiliarias de Forcén, la residencia de lujo de Xior – Pontoneros, la entidad privada -e indebida receptora- de fondos públicos del Tiro de Pichón, el affaire del Outlet de Pikolín, las promociones urbanísticas familiares, el fantasma de la Romareda… Sus proyectos tienen apellido privado.

¿A quién pertenece la ciudad? Visto la rapidez con la que ustedes han impulsado estos proyectos, está claro a quiénes sirven y a quienes favorecen.

Comenzó en el cargo de Alcalde pasando los gastos de sus clases de inglés al Comité Europeo de las Regiones y la señora Navarro adquirió un móvil de 1200 euros. Hubo clases de redes sociales en la junta de Juslibol, que carece de redes sociales, presidida por un rescatado miembro del PP, famoso por aparecer en los Panamá Papers.

Dispararon el gasto en altos cargos en casi un millón de euros al año y las subvenciones a una ONG que emplea a familiares de uno de sus concejales.

Pedimos explicaciones -que llegan muy pocas veces- por la contratación de personas afines al PP y a altos cargos del partido en Zaragoza.

En Zaragoza Dinámica: dos procesos de selección concluyen con la contratación de un familiar de un concejal del PP de la anterior legislatura y de una persona que fue en las listas del Partido en las elecciones del 2011.

En Movilidad: descubrimos una “falsa asesora” de Natalia Chueca, hija de la Gerente del IMEFEZ y ex diputada del PP, Rosa Plantagenet-White.

En urbanismo: denunciamos la creación de una estructura paralela, por valor de 400.000 euros al año, para realizar 25 obras que ya estaban ejecutadas o en licitación.

Se han dado casos de mobbing, subidas de salario sin justificar y modificaciones de puestos sin atender a los informes de intervención. Por no hablar del bochorno que, creo que nos causó a todos, la noticia de unas oposiciones amañadas.

En Zaragoza Vivienda: la oposición en bloque pedimos el cese del gerente, por supuesto acoso laboral, vulneración de derechos sindicales e impedimentos para diseñar el Plan de Igualdad. Denunciamos que el puesto de director técnico fue para un candidato que había trabajado durante 14 años con el actual gerente. Alertamos sobre otro “más que dudoso proceso”: la elaboración de unos pliegos que parecían “hechos a medida” para el mantenimiento de los sistemas informáticos de la sociedad pública. También mostramos serias dudas sobre la tasación de un solar en la calle Contamina, al infravalorar el precio por m² de las viviendas finales. Y este verano, un informe del Servicio Municipal de Prevención de Riesgos Laborales urgía medidas por el trato de Ruiz de Temiño a la plantilla.

Señor Azcón, con su voto en Junta de Gobierno desencalló una operación inmobiliaria que beneficiaba a su familia y, cuando quisimos saber de su alcance, bloqueó junto con sus socios de VOX una comisión de investigación. La falta de transparencia en este Ayuntamiento ha llegado a un nivel en el que el propio alcalde ha impedido con su voto de calidad otras comisiones de investigación, como la de las oposiciones de oficial de cementerio.

Pero una investigación que sí está pendiente, Señor Azcón, es la que pretende dilucidar qué ocurrió con otro proyecto, una licencia solicitada por un constructor amigo suyo, el señor Forcén, adjudicatario de un buen número de quioscos de hostelería en lugares emblemáticos y concurridos de la ciudad como es el Parque Grande.

Hasta la ofrenda virtual se vio salpicada por esta dudosa gestión y que también se extiende por las áreas que dirige Ciudadanos. En Zaragoza Cultural, un informe del interventor general municipal detectaba “varias situaciones de irregularidad”: contratos sin licitación, caducados, facturas no conformes, arbitrariedad a la hora de aplicar bonificaciones en el alquiler de espacios municipales…” Y por cierto, durante el primer trimestre, la mitad del servicio administrativo de Cultura y Turismo se encontraba de baja por el “ambiente hostil” generado y los sindicatos urgieron medidas de salud laboral.

Firmaron un convenio directo con el Real Zaragoza para realizar una reforma de 400.000 euros en lugar de licitarlo.

Así, durante el 2020 el Tribunal de cuentas detectó fallos en un tercio de los expedientes y contratos de emergencia, alertó de “un volumen muy significativos en situación irregular” y recomendó reforzar los sistemas de control. Este organismo les afea su modo de proceder ya que han triplicado los reconocimientos de obligación. En el 2021, este mismo Tribunal de Cuentas alertó de 100 millones pagados de facturas sin contrato.

¡¡¡Cuánto peligro tienen ustedes!!!

Esta es su gestión: mala, salpicada de irregularidades y corruptelas. ¡Y de cuánto no nos habremos enterado!. Innumerables preguntas sin contestar, interpelaciones en las que han escurrido el bulto, expedientes con los que nos han intentado marear. Comisiones de investigación que han bloqueado con sus socios de VOX.

A pesar de estos obstáculos, estoy orgulloso de nuestra labor de oposición al señalar la inmensa mayoría de estas prácticas.

Si la transparencia, -y como prometió en su discurso de investidura, Señor Azcón,- la regeneración democrática hubieran tenido algún valor para ustedes, tal vez se hubieran contenido en esta forma de proceder que apunta a una clara desviación de poder en favor de intereses partidistas y de terceros, ajenos al interés público.

Pero todo llega. Miren lo que ha ocurrido en el Tiro de Pichón después de celebrar, con comilonas y paellas, la desviación de 10 millones de euros de dinero público que finalmente tendrán que ser devueltos.

Su falta de control sobre quienes prestan privadamente servicios al Ayuntamiento es palmaria. Pese al trabajo de la Oficina de Inspección de Contratas, creada por el Gobierno de Zaragoza en Común, este servicio, después de mil inspecciones y 108 informes emitidos, no ha impuesto una sola sanción.

La pérdida de 170 empleos públicos confirma su dejadez en ese necesario rejuvenecimiento de la administración para justificar así su externalización, su privatización.

Las carencias de personal en las Juntas de Distrito han traído consigo largas colas en la Plaza del Pilar. También hemos vivido cierres de Bibliotecas, de Centros Cívicos…

En Deportes, han tenido el dudoso honor de afrontar la primera huelga con cierre de las instalaciones, algo que no ocurría hacía más de una década. Una huelga que no demandaba mejoras salariales, sino dotación de personal suficiente, en clara reivindicación de lo público. Desde aquí todo nuestro reconocimiento.

La línea 900, criticada por el Colegio Profesional y trabajadores sociales, y receptora de quejas ciudadanas, supone una dilación en el tiempo en la debida atención a las personas usuarias. Más del 30% de las llamadas a la línea 900 se queda sin atender por falta de personal , existiendo 15 puestos sin cubrir en los Centros, con lo que supone de sobrecarga para el resto de la plantilla y una evidente merma en la eficacia del servicio.

Tienen la intención de privatizar el mantenimiento de los equipos del servicio de bomberos con un contrato externo que costaría 1,2 millones de euros en 5 años, prácticamente el doble de lo que ahora paga el Ayuntamiento prestando el servicio de forma directa.

El cierre de la Oficina de Empleo Joven supone la desaparición de uno de los pocos recursos específicamente dirigidos hacia este sector de población, algo de extrema gravedad con una tasa de desempleo juvenil cercana al 30%. Y el Servicio de Orientación Laboral para personas con dificultad de acceso por razones de género tampoco ha vuelto a licitarse. A la eliminación de 12 cursos del programa para el Empleo del IMEFEZ, se añade la pérdida de casi 180.000 euros en subvenciones por estos mismos cursos y la externalización de formación.

Su única iniciativa en el ámbito educativo ha ido orientada a privilegiar la enseñanza privada-concertada. Sus ayudas suponen una clara discriminación hacia más del 67% del alumnado de esta ciudad, escolarizados en las etapas de Infantil y Primaria, vulnerando el principio de igualdad. Un segundo recurso Contencioso incide en la ampliación de las ayudas al alumnado de la educación pública para evitar tal discriminación. Por cierto, que una tercera parte de éstas, nada menos que 170.000 euros, se encuentra sin justificar.

Alcalde Azcón, ¿podría contestarme a esta pregunta? ¿Estamos ante una gestión catastrófica o se trata, más bien, de un desmantelamiento intencionado de los servicios públicos?

Han mentido conscientemente sobre las cuentas dejadas por Zaragoza en Común. Afirmamos, y las cifras nos respaldan, que nunca este Ayuntamiento ha contado con mayores ingresos provenientes de administraciones y fondos como el actual:

El Consistorio ha obtenido por ingresos del Estado y la Comunidad Autónoma 230 millones más que los que se recibieron durante el Gobierno de Zaragoza en Común. A estos, hay que añadir los 68 millones provenientes de los Fondos Europeos.

Este gran incremento de ingresos no se debe únicamente a estas aportaciones, sino que los provenientes del IBI, las tasas municipales y el IRPF han supuesto un aumento de más de 12 millones.

Frente a su constante actitud pedigüeña o de echar balones fuera, nunca este Ayuntamiento había contado, como hoy, con tantos ingresos para cubrir las necesidades de la ciudadanía. Ello les hubiera permitido afrontar un giro radical como el que requiere la ciudad para acometer los retos que tiene por delante, pero la triste realidad es que su Gobierno ha mostrado una total incapacidad de ideas y de gestión para aprovechar esta situación.

Muestra de la misma es que han dejado de ejecutar 165 millones de euros, osea el 70% de esos 230 millones de más que han ingresado del Estado.

En inversiones, han dejado sin ejecutar el equivalente a todo lo ingresado por fondos europeos hasta el momento.

Y si hablamos de la población con mayores necesidades de la ciudad, han multiplicado por cuatro esa incapacidad de gestionar el presupuesto público: dejaron sin ejecutar tres millones en 2019 y hoy ya son 12.

Mientras que la falta de personal ahoga los servicios y la atención al ciudadano, este capítulo dejó en el cajón otros 16 millones sin gastar.

Tanto echarse flores de buenos gestores, que “venían a poner orden en las cuentas” y ni siquiera han cumplido con este mantra: a lo largo de esta legislatura ustedes han amortizado 225.3 millones de deuda, con Zaragoza en Común cuatro millones y medio más. Sin fondos europeos, sin apoyo del estado y sin dejar de realizar importantes mejoras e inversiones en los servicios públicos, algo de lo que ustedes -como hemos visto- no pueden presumir.

Si quieren reivindicarse como buenos gestores deberían partir de una base de honestidad, reconociendo la realidad existente, y no teñirla de falsedades para enmascarar su incapacidad.

El derecho a la vivienda ha pasado a ser considerado en el ámbito europeo como un Derecho Humano. La dignidad de la persona está en juego si no se otorga una prioridad absoluta a ese derecho al techo. En algo tan delicado y de tan urgente actuación pública, ustedes han fracasado estrepitosamente.

Las irregularidades cometidas en la Empresa Pública antes denunciadas llevan camino de convertir a Zaragoza Vivienda en una mera inmobiliaria, alejada de sus fines sociales, por cuyo trabajo ha obtenido un reconocimiento en todo el país a lo largo de su andadura.

Ya en el primer trimestre del año, le solicitamos la cancelación de la subida del IPC de los alquileres sociales y su devolución; decisión tomada a espaldas del Consejo de Administración y comunicada a las y los inquilinos a través de un mensaje de móvil.

Subida que se sumaba al incremento encubierto de un 30% en las mensualidades de alquiler, al eliminar, con el apoyo de VOX, la consideración de que los gastos de comunidad formarán parte de la renta. En lugar de reclamar las mensualidades aplazadas durante el Estado de Alarma, bien podrían haberlas condonado, ya que esta situación afectó a más de 2.200 hogares, en el peor momento.

Los usuarios de las viviendas sociales denuncian un pésimo estado en la limpieza de los espacios comunes, fruto del maltrato a las trabajadoras de la contrata por parte de una empresa sin oficina física, donde los contratos se firman en la calle, sin posibilidad de presentar reclamaciones por los impagos de las nóminas, con insuficiente ropa de trabajo y materiales de limpieza.

Hemos denunciado la fuerte subida, de casi un 40%, en los alquileres de las viviendas de Fray Luis Urbano en Las Fuentes. Bajo su gestión, un apartamento de poco más de 40 metros ha pasado a costar 80 euros más.

Su gobierno, Señor Azcón, ha abandonado el impulso a la creación de vivienda pública, desdibujando el plan original en el Parque Pignatelli, que planteaba viviendas a precios accesibles y equipamientos públicos, metiéndolos en el cajón y posibilitando, tan solo, la construcción de pisos de lujo. Eso sí, no ha perdido la oportunidad de hacerse la foto y presumir de las viviendas que impulsamos en el anterior mandato, como las ubicadas en la antigua Imprenta Blasco o las situadas en las Fuentes.

De ese magnífico e innovador plan de Zamoray Pignatelli, seguimos esperando a que el consejero ponga en marcha la cooperación entre las áreas municipales (Acción Social, Junta de Distrito, Urbanismo, Zaragoza Vivienda), plataformas de vecinos, el Centro de Tiempo Libre y entidades como Apudepa, para intervenir en el diseño de las viviendas y locales del barrio.

Ha convertido la posibilidad de viviendas comunitarias en Pontoneros en un negocio de residencia privada de alto standing, hipotecando suelo municipal por 75 años, tiempo excesivo de concesión que excede, con mucho, el plazo de amortización que debería tener esta rehabilitación, convirtiéndose en un lucrativo negocio privado.

Han desmantelado la oficina de vivienda y han sido incapaces de llegar a un acuerdo con el gobierno de Aragón para reimpulsarla, cuando las ciudades de Huesca o Teruel sí que han llegado a acuerdos.

Después de tres años de funcionamiento de su programa estrella para captación de vivienda vacía, ALZA, apenas han conseguido un centenar de viviendas para su incorporación, frente a las más de 400 captadas por el gobierno de Zaragoza en Común. En este nuevo programa han endurecido los requisitos para el acceso, exigiendo unos ingresos mínimos de más de 14.000 euros, un seguro de impago e ingresos fijos. Y la lista de espera para acceder a una vivienda no para de crecer.

Ni han captado vivienda pública ni han aprovechado las ventajas de financiación del Banco Europeo de Inversiones para aumentar el parque de vivienda. Pero, de nuevo, echan manos del legado de Zaragoza en Común rehabilitando las viviendas públicas de Emmeline de Pankhurst, que bien podrían haberse hecho a cargo de esos fondos europeos. Una vez más, intentos de invisibilizar el legado que les dejamos y la renuncia a impulsar el cumplimiento de un Derecho Humano básico.

Y, hablando de legado, lo que nos decepciona, Señor Azcón, es que usted olvide que la inmensa mayoría de sus inauguraciones y fotos tienen que ver con actuaciones proyectadas, licitadas o iniciadas por el anterior gobierno de Zaragoza en Común.

Es lógico que muchos de los proyectos que se inician en un mandato tengan su resultado en el siguiente, pero no lo es su afán por ocultar el trabajo de los que le precedieron. Le vamos a recordar algunos de esos proyectos: las viviendas sociales de Fray Luis Urbano y de la Imprenta Blasco, el Mercado Central, el desbloqueo de Tenor Fleta o Avenida Cataluña o el soterramiento de las líneas de alta tensión.

Nos referimos a la ampliación de Mercazaragoza, al parque de bomberos de Casetas, al Parque Pignatelli, la ludoteca del Óvalo, el nuevo espacio escénico de la Cúpula del Parque de La Granja y la pista de parkour del Actur.

También la puesta en marcha de la recogida selectiva de residuos orgánicos, multitud de actuaciones en colegios o en el espacio público, surgidos de los presupuestos participativos que ustedes eliminaron y que no les quedó otra que retomarlos como obras ordinarias.

Pusieron el grito en el cielo cuando iniciamos la cota cero en varias calles de la ciudad y ayer nos despertamos con una nueva foto suya en la calle San Miguel.

Nuestro gobierno asumió de la gestión anterior 100 millones de euros en sentencias desfavorables. El suyo, señor Azcón, va a ingresar cerca de 40 millones por la defensa de la ciudad que realizamos: 25 millones por el Tranvía, cerca de 9 millones de Tiro de Pichón, un millón y medio por los abonos de Avanza. Y lo mismo podemos decir de la reclamación en vía judicial de los antiguos juzgados de la Plaza del Pilar, que ustedes también criticaron, y finalmente, los tribunales nos han dado la razón.

En la escalera de la participación ciudadana no han subido bien ni el primer peldaño, el de la información: “te cuento lo que voy a hacer”, y no han llegado casi ni al segundo, el de la Consulta: “en el que te pregunto y luego haré lo que me parezca”.

La participación de los agentes de la sociedad civil y de los vecinos y vecinas ha sido, en todo su mandato, una ilusión óptica. Se han limitado a realizar encuestas y consultas sobre sus propias propuestas, cuando la participación real tiene que ver con conocer, escuchar y trabajar en base a las necesidades reales, permitiendo la intervención de los ciudadanos en las decisiones a adoptar.

Por contra, se han dedicado a destruir las iniciativas ciudadanas en esta línea, siendo los Presupuestos Participativos una evidencia muy clara. Ha tenido que ser la propia gente la que los recupere, como en Torrero, a través de la Junta de Distrito.

Han primado el uso ideológico de los convenios y subvenciones, eliminando más de 30 convenios destinados a la inserción sociolaboral, al desarrollo comunitario, el medio ambiente, la economía social y la cooperación de entidades de solidaridad internacional, de reconocido prestigio y trayectoria.

Por contra, aumentan las subvenciones en 62 millones más respecto a la legislatura pasada para el despliegue de sus redes clientelares.

Si la intencionalidad de la participación es simplemente legitimar los órganos de gobierno, estaremos perdiendo una oportunidad de aprovechar la energía ciudadana para ayudar a transformar la realidad de nuestras ciudades, y alcanzar mayores cotas de bienestar y felicidad, que, en el fondo, son objetivos perseguidos por los seres humanos a lo largo de nuestra vida.

La filósofa Marina Gascón define la cultura “No como un producto a vender ni un Patrimonio a defender. Es una actividad viva, plural y conflictiva con la que los hombres y mujeres damos sentido al mundo que compartimos y nos implicamos en él. Es la actividad significativa de una sociedad capaz de pensarse a sí misma”.

La política cultural de esta ciudad no tiene rumbo: es una improvisación constante (como vimos con la idea de despojar a la Lonja de su actual sentido artístico, por poner solo un ejemplo, o el concurso desierto de la cabalgata…). También por la falta de apuesta por la coproducción cuando, en estos años de pandemia y crisis, las grandes ciudades han hecho una fuerte apuesta, excepto Zaragoza.

Le hemos pedido en contadas ocasiones, con propuestas y medidas, el apoyo público a los artistas locales y proyectos de la ciudad que agonizan, mientras desde la administración local se apuesta por lo macro y supuestamente rentable.

Ustedes se han escandalizado con la cultura popular, han coartado la comunitaria y se han plegado a VOX para censurar la crítica. Han intentado promocionar la ciudad a golpe de ocurrencia y lo único visible que han hecho con Goya ha sido sacar su busto reinterpretado a la calle. Recortaron 300.000 euros en partidas de Cultura y gastaron esa misma cantidad en cámaras de videovigilancia.

Su Zaragoza aburre a muchas. Y no representa al tejido cultural y artístico que verdaderamente la sostiene.

Todavía hay profesionales que no se han recuperado de la gran crisis provocada por los cierres de salas y las limitaciones y es necesario que desde lo público se apueste por quienes trabajan por la cultura en el día a día de la ciudad, generan empleo estable y mantienen proyectos vivos.

Debemos fomentar el acceso a la cultura independientemente de cualquier circunstancia social y económica, impulsar la participación de la ciudadanía en la vida cultural de su comunidad y generar espacios de relación donde las personas puedan ejercitar libertades creativas produciendo y haciendo cultura.

Recientemente la filósofa Marina Garcés en un encuentro con jóvenes, decía: “Si no sabemos imaginar el futuro es porque no sabemos qué compromisos tenemos”.

Y esa es la cuestión fundamental a la que debemos dar respuesta: ¿Cuáles son nuestros compromisos con la gente y con nuestra ciudad?

Nuestro compromiso es con una ciudad para el buen vivir, resiliente frente a la crisis climática; donde lo público, lo de todas, sea la prioridad; y la vivienda un derecho ciudadano y no un bien de mercado. En la que la igualdad y el respeto a la diversidad no sean lemas que ondear cada 8M o cada 25J sino la asunción de una sana convivencia.

Una ciudad construida por todos y por todas desde la transparencia, el control democrático, la participación y la gestión compartida; que blinde un suelo mínimo de necesidades para todos y todas; con sólidas redes comunitarias; en la que el espacio público sea un lugar de disfrute colectivo y no de consumo privado. Un compromiso con la ciudad consolidada y sus barrios, con el comercio de proximidad, con el urbanismo y la movilidad pensados para las personas.

Una Zaragoza en la que la juventud y las generaciones futuras puedan acceder a un horizonte de vida digna, lejos de la precariedad y el cansancio que les atenaza.

Decía Benedetti:

¿Qué les queda por probar a los jóvenes en este mundo de paciencia y asco?

¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?

también les queda no decir amén

no dejar que les maten el amor

recuperar el habla y la utopía

ser jóvenes sin prisa y con memoria

situarse en una historia que es la suya

no convertirse en viejos prematuros.

¿qué les queda por probar a los jóvenes

en este mundo de consumo y humo?

tender manos que ayudan / abrir puertas

entre el corazón propio y el ajeno /

sobre todo les queda hacer futuro

a pesar de los ruines de pasado

y los sabios granujas del presente.

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