Elena Tomás: “Estas cifras demuestran que para cualquier asociación vecinal o cultural o artística resulta extremadamente difícil acceder al Auditorio, mientras que se abre la puerta a un acto de marcado carácter confesional y contrario a los derechos fundamentales”
La realización de este evento en un espacio público de referencia cultural vulnera el espíritu de espacios municipales que cuentan con un reglamento de cesión de uso, y que establece expresamente que no pueden ser utilizados por entidades o colectivos cuya actividad esté vinculada a la difusión de credos o sentimientos religiosos
“El Auditorio de Zaragoza, símbolo cultural de la ciudad, no puede convertirse en escaparate de mensajes contrarios a los derechos de las mujeres y de la ciudadanía”, ha declarado la portavoz de ZEC

 

El grupo municipal de Zaragoza en Común en el Ayuntamiento de Zaragoza ha denunciado a cesión del Auditorio de Zaragoza para la celebración de un acto que protagonizará el padre Guilherme, un sacerdote conocido por su discurso abiertamente antiabortista y contrario a los derechos sexuales y reproductivos.

La realización de este evento en un espacio público de referencia cultural y ciudadano vulnera el espíritu del Reglamento de los Centros Cívicos del Ayuntamiento de Zaragoza, que establece expresamente que no pueden ser utilizados por entidades o colectivos cuya actividad esté vinculada a la difusión de credos o sentimientos religiosos. Aunque este reglamento se aplica directamente a los centros cívicos, constituye un criterio de referencia inequívoco sobre el uso responsable, inclusivo y laico de los espacios públicos municipales.

“El Auditorio de Zaragoza, símbolo cultural de la ciudad, no puede convertirse en escaparate de mensajes contrarios a los derechos de las mujeres y de la ciudadanía”, ha declarado la portavoz de Zaragoza en Común, Elena Tomás.

La formación también ha criticado que mientras a las entidades sociales, culturales o vecinales se les exigen elevadas tarifas de alquiler para organizar actividades abiertas y de interés general, en este caso se facilite un espacio de máxima visibilidad a un acto de propaganda religiosa.

Según las tarifas oficiales del Auditorio de Zaragoza vigentes (2023-2024), alquilar una sala supone un coste inasumible para la mayoría de colectivos culturales o artísticos. Por ejemplo:

  • Sala Mozart: 4.400 € por jornada completa (2.640 € media jornada).
  • Sala Multiusos: 3.340 € por jornada completa (2.004 € media jornada).
  • Sala Luis Galve: 1.250 € por jornada completa (750 € media jornada).
  • Sala Mariano Gracia: 730 € por jornada completa (438 € media jornada).

A ello hay que sumar costes adicionales de personal y servicios técnicos, con tarifas que oscilan entre los 18,98 €/hora y los 23,87 €/hora por conceptos como porteros, jefes de sala o técnicos.

“Estas cifras demuestran que para cualquier asociación vecinal o cultural o artística resulta extremadamente difícil acceder al Auditorio, mientras que se abre la puerta a un acto de marcado carácter confesional y contrario a los derechos fundamentales”, ha señalado la edil.

Por ello, Zaragoza en Común pedirá en Comisión información sobre las condiciones de cesión de este espacio (coste, permisos, solicitud, etc.,) y que se apliquen los mismos criterios de neutralidad y laicidad en el Auditorio que ya establece el reglamento de los centros cívicos.

Además, solicitarán que se garantice que ningún espacio municipal se utilice para actividades que promuevan la vulneración de derechos fundamentales o la difusión de mensajes de carácter confesional, como ya recoge el Capítulo I del Reglamento de Centros cívicos en su Artículo 14, que regula las normas generales de la cesión de espacios y que señala que no podrán utilizar estos espacios “las entidades, colectivos o asociaciones que, aun estando legalmente constituidas, promuevan en su ideario, o con sus actividades, comportamientos contrarios a los valores constitucionales y a la Declaración Universal de los Derechos Humanos, así como las entidades que, aun estando legalmente constituidas, tengan un perfil religioso y soliciten espacios para la práctica de actos litúrgicos, proselitismo, o de divulgación de su credo”.

“El Auditorio pertenece a toda la ciudadanía, no puede ponerse al servicio de discursos que excluyen, dividen y ponen en riesgo los derechos conquistados”, ha declarado Elena Tomás.

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