La gestión de la mayoría de los servicios públicos que presta el Ayuntamiento de Zaragoza se encuentra privatizada. FCC se encarga de limpiar las calles, recoger la basura o cuidar los parques, el Grupo ADO gestiona el bus urbano, URBASER es la adjudicataria de nuestra planta de tratamiento de residuos, grandes empresas como EULEN o FERROSER se encargan de la limpieza de los edificios o MONCOBRA factura millones de euros cada año por realizar el mantenimiento de los edificios municipales. A estos ejemplos habría que sumarles muchos más: la gestión de las depuradoras por parte del Grupo ACS, todo el entramado de empresas que se dedican a hacer negocio en el sector de los derechos sociales (como sería el caso de la ayuda a domicilio) o por supuesto las constructoras que realizan las obras de nuestra ciudad.

Buena parte de estas empresas son auténticos tiburones financieros, multinacionales con filiales en paraísos fiscales cuyos accionistas ni saben ni les interesa qué servicios públicos gestiona su empresa en Zaragoza. Obtienen enormes beneficios del lucrativo negocio de la gestión de los servicios públicos sin importarles lo más mínimo la calidad con la que se prestan. Es decir, la única orientación con la que se gestionan los servicios públicos es la de la maximización del beneficio privado y no el fin social que debieran tener.

No sorprende tampoco que si necesitan montar tramas de corrupción, que impliquen a empresarios, políticos y altos funcionarios y funcionarias, no van a tener ningún reparo en hacerlo tal como se ha demostrado con la trama Gürtel vinculada a la adjudicación de contratos públicos a determinadas empresas por parte de administraciones gobernadas por el Partido Popular. La externalización supone una peor calidad de los servicios públicos y un mayor riesgo de corrupción al estar en juego millones de euros de beneficio para grandes y poderosas multinacionales.

Zaragoza en Común se presentó a las elecciones con la remunicipalización como principal apuesta en materia de servicios públicos, y hasta la fecha ha hecho todo lo posible por defender con coherencia este punto de su programa. Sin embargo, el primer caso que se ha llevado a votación al Pleno, la depuradora de La Almozara, ha sido rechazado al unir sus votos PP, PSOE y C’s. El PSOE se ha aliado con la derecha y ha sido el mayor defensor de mantener la privatización de los servicios públicos. Por su parte, el Gobierno de Zaragoza ha contado con el apoyo no sólo de CHA sino también de las y los trabajadores de las contratas y de las asociaciones vecinales.

A pesar del veto del PSOE a la remunicipalización, vamos a seguir trabajando desde el Gobierno porque la única orientación que guíe la gestión de los servicios públicos sea el interés general. La primera batalla, la de la depuradora de La Almozara, no pudo ganarse ante el enorme poder económico, político y mediático que tienen las multinacionales que hacen negocio de los servicios públicos. Sin embargo, estamos convencidas y convencidos que si fortalecemos la movilización en los centros de trabajo y en la calle, la remunicipalización se logrará y nuestras calles estarán más limpias, los parques mejor cuidados, los buses llegarán con más puntualidad y los trabajadores y trabajadoras de estos servicios tendrán unas condiciones laborales más dignas.

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